La única ocasión que Toribio inclinó humildemente la cabeza fue en aquella misa en conmemoración de la fiesta patronal de San Pablo Ojo de Agua.
En la parte medular del sermón, el cura hizo hincapié en la vida de Pablo cuando fue un hombre malvado que persiguió encarnizadamente a los primeros cristianos; por gracia de Dios se arrepintió de todos sus crímenes, fue perdonado y se convirtió en el apóstol Pablo.
Los demás feligreses estaban paralizados, apenas si respiraban; sabían que el mensaje espiritual estaba dirigido al gatillero más temido de Veracruz, al hombre que le achacaban no menos de cien asesinatos.
Años de la muerte de Toribio Gargallo Peralta alias El Toro o Juan Zavaleta; sus parientes más cercanos aceptaron contar la historia desde su perspectiva; una de las condiciones que pusieron era que no se mencionara ni el lugar donde tuvo lugar la entrevista, ni publicar la más mínima característica de los entrevistados, pues temen las represalias policiacas.
¿Por qué fue tan temido El Toro Gargallo?
—Mi pariente nomás en Ojo de Agua, Cruz Tetela y otros ejidos mató a unas ochenta gentes; provocó que en esos mismos lugares emigraran familias completas, algo así como unas trescientas personas. El mundo se horrorizó por los esqueletos hallados en los pozos artesianos, convertidos en su cementerio clandestino. A últimas nos enteramos que estaba al servicio del narcotráfico internacional.
¿Cómo se gestó ese personaje dentro del ámbito criminal?
—Hasta los veinticinco o veintiseis años; Toribio Gargallo era conocido como un hombre trabajador que se sabía administrar, tenía esposa e hijos, un camión cañero que él mismo conducía, un tractor y una parcela de doce hectáreas.
—Lo hicieron malo quienes envidiaban su progreso, les molestaba también su exagerado orgullo, era chocoso y solo por ese motivo un fulano estuvo a punto de matarlo, iba conduciendo su Ford 1972 muy cerca de la capilla, cuando aquel sujeto le brincó al estribo y puso la pistola en su cabeza. Lo hizo chillar, en verdad de Dios. Eso pocos lo saben, lo iban a matar simplemente porque les caía gordo; luego de ese acontecimiento muchos pensaron que El Toro era un gallina.
—Tengo el año bien presente cuando Toribio se volvió matón, fue un 28 de marzo de 1978. Toribio iba acompañado de Bernardo Morales y Ángel Peralta, iban caminando a checar el corte de caña de su parcela cuando fueron emboscados por unos diez pistoleros apostados sobre un trepón, de la primera granizada, cae muerto Bernardo Morales y Toribio es herido en la mandíbula inferior que prácticamente se le desprende, Ángel Peralta logró lanzarse a tiempo tras unas piedras que le salvaron la vida. Toribio en lugar de buscar refugio, se lanza al pie del trepón y cae en una zanja, donde se acomoda boca arriba sosteniendo con ambas manos una pistola .38 Super Colt; al primero en matar fue a Pablo Lagunes, hirió a otros; después contó el mismo Toribio que quemó unos seis o siete peines. Cuando los pistoleros decidieron emprender la huida no pudieron cargar con otro herido, se trataba de Tranquilino Álvarez, quien estaba agarrado de un matojo, cuando llegó Toribio todo ensangrentado de la cara, Álvarez le suplicó que no lo matara, pero sin una pizca de compasión Gargallo lo remató. El Toro fue trasladado al IMSS en Córdoba para ser atendido de sus heridas, la bala le había destrozado parte del maxilar y su cara daba miedo, le colgaba la quijada y la lengua.
—Ese día Toribio Gargallo descubrió su talento para la violencia, estalló su ira por la traición. Un día antes fue a su casa su compadre Pablo Lagunes a pedirle prestada su pistola, con la confianza que da el compadrazgo, Toribio le dio su arma; pero tampoco le dijo que en realidad poseía dos pistolas.
—Toribio había comprado otra pistola previniendo el desquite de la familia Vallejo, a quienes su hermano Gregorio les había matado un hijo por líos de faldas. Nunca imaginó que contratarían a su mismo compadre para matarlo.
—De esa herida Toribio se repone y el asunto legal lo resuelve su cuñado, un oficial del Ejército Mexicano quien está casado con su hermana Virginia. Sin embargo, al retornar a Ojo de Agua, los Vallejo no estaban dispuestos a perdonar, y Guillermo Vallejo reúne pistoleros y prepara la muerte de los hermanos Gargallo Peralta. Toribio se pone en contacto con su cuñado en la Ciudad de México; entra el ejército a Ojo de Agua y detienen a los gatilleros de Guillermo Vallejo. Don Cástulo, padre de Memo y compadre de Toribio Gargallo solicita las paces, le habla al muchacho trabajador y poco afecto a las fiestas. Pero El Toro le contesta que ese gallina se ahogó con el olor a pólvora de la primera emboscada, “‘ora solo quedo yo”.
—Y comenzó mi pariente a vengarse de quienes le pusieron la primera emboscada, como no conoció a la mayoría de los que participaron bastaba que algunos de sus allegados le dijeran que fue fulano o zutano para que Toribio fuera por él a rastras, lo matara y desapareciera, la gente comenzó a huir y abandonar sus cultivos, Gargallo comenzó a quedarse con sus parcelas y repartió otras a sus pistoleros. Aquellos años cuando Toribio se violentaba, todo el pueblo temblaba pensando y ¿ahora a quién le tocará morir?
¿Cómo influyó la familia de Toribio en su personalidad delictiva?
—El papá de Toribio se llamó Constantino Gargallo Martínez, originario de La Turbina municipio de Tezonapa, fue un hombre que le heredó el gusto por el trabajo del campo a Toribio; él no se adormecía con el sopor del calor, siempre laboraba más horas que sus compañeros en el corte de caña; esa diferencia con el resto de sus vecinos le valió que fuera jefe de guerrillas y el Gobierno le dotara de un máuser. Huérfano de padre, su mamá que aun estaba joven, se buscó un esposo quien un mal día la golpeó, al saberlo, Constantino agarró su máuser y mató a su padrastro. Y por ese motivo no se fue de La Turbina sino porque posteriormente le achacaron la muerte de un delegado bancario y el ejército entró a buscarlo a Ojo de Agua, Cruz Tetela y La Turbina.
—Constantino Gargallo Martínez huyó a Arroyo de Enmedio, congregación del municipio de Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca; se llevó a Anita su mujer, y a sus dos hijas.
—Ana Peralta Álvarez, nació en Ojo de Agua, Omealca, pero sus padres Consuelo y Ezequiel eran sonorenses de la raza yaqui, de fuerte constitución física y soberbios. Se enamoró de Constantino Gargallo Martínez, porque era trabajador y “no se sabía dejar de nadie”. Tanto Ojo de Agua, Omealca como La Turbina, Tezonapa, están separados apenas por medio kilómetro de cañales.
—Ya en Arroyo de Enmedio, Constantino se cambió el nombre por el de Domingo y así lo recuerdan los viejos de ese paraje oaxaqueño; una pareja joven que ya traía dos crías hembras y aquí nacieron otros dos varones, Toribio y Gregorio, y como era su costumbre, Constantino o Domingo se dedicó a trabajar con tal esfuerzo que en menos de diez años ya tenía casa bien construida, una yunta, camioneta y parcela, pero sobre todo, vivía en paz con sus vecinos.
—Anita Peralta era una mujer muy bonita que despertó la codicia de Albertano Ramos y le preparó una emboscada a Domingo Gargallo; los viejos de Arroyo de Enmedio, unos mulatos de hablar garrasposo por el temple que da a la garganta el beber aguardiente de caña, relatan que al terminar la zafra Domingo se levantó muy temprano, ensilló su caballo y se encaminó a su parcela para quitar la basura a la caña recién cortada. El niño Toribio, igual que todos los habitantes del poblado, habrían de recordar el estallido de un escopetazo que se perdió en el llano hasta rebotar en un eco siniestro. Un hombre enmatojado había disparado sobre la cabeza de Domingo, quien no recibió la más mínima oportunidad de defenderse.
—Luego de terminar el rosario y levantarse la cruz, Albertano Ramos se fue a vivir con Ana. Las dos niñas, Toribio y Gregorio vieron al intruso con la misma expresión de soberbia y desconfianza que los habría de caracterizar años después.
—Por falta de laboriosidad del nuevo jefe de familia, al poco tiempo se comenzaron a vender las propiedades del difunto hasta que en cuestiones de meses tuvieron que emigrar de nueva cuenta a Ojo de Agua donde Anita tenía a sus padres, sobra decir que Albertano Ramos al poco tiempo buscó otro nido.
—Toribio Gargallo y sus hermanos tuvieron otra figura paterna que respetaron por el resto de sus días, el señor Jesús Trujillo quien se junta con su mamá y les enseña a los chamacos su oficio de chofer de camión cañero; tanto Toribio como Gregorio se afanan por aprender y su ilusión es llegar a ser poseedores de su parcela y acarrear la caña de azúcar con su propio camión. Años después Jesús Trujillo se separa de Anita Peralta, pero los muchachos siguen respetando a Jesús Trujillo además que ahora los hermanos varones se han multiplicado, se suman Pedro y José Luis.
—Cuando Toribio se hace hombre, su mamá siempre le recordaba que su padre Constantino o Domingo Gargallo fue un hombre que nunca se supo dejar de nadie.
¿Quienes fueron los enemigos de Toribio Gargallo?
—Al Toro se le desató la rabia por una traicionera emboscada, pero no fue la única, hubo otras cuatro en las que salvó la vida pero recibió varias heridas, una de ellas le dejó inutilizado el brazo derecho y la última que lo mató. Sus primeros enemigos fueron de ahí mismo de Ojo de Agua. Jacinto Rodríguez Hinestroza, fue uno de sus primeros pistoleros, pero por diferencias se separan y se van de Ojo de Agua, su hermano Alberto Rodríguez Hinestroza, se hace policía municipal y comisionado por la policía judicial para tratar de atrapar a Toribio en flagrante delito.
—El Toro se entera antes, lo secuestra y desaparece. Posteriormente uno de sus sobrinos rapta a Josefina Rodríguez Hinestroza, la viola y asesina.
—Jacinto se convierte en 1985 en el único acusador de Toribio, envía cartas a la Presidencia de la República, concede entrevistas a algunas revistas veracruzanas donde enlista los crímenes de Toribio Gargallo, señala claramente la ubicación donde se encuentran dos pozos a donde van a dar los cadáveres de sus víctimas, nombra a quienes forman su equipo de pistoleros y señala como cómplices de Toribio a Samuel Kim Lozada, y Carlos Betancourt, inspectores de policía en ese entonces de Veracruz y Córdoba.
—Su campaña en contra de Toribio Gargallo Peralta no tuvo ningún resultado.
Juan Ramón Jiménez y el origen de la venganza.
Toribio Gargallo en trece años de carrera delictiva, tuvo enemigos de todos los calibres, pero los Jiménez demostraron ser los mejores y quienes lograron su objetivo de exterminarlo.
Los hermanos Juan Ramón, Demetrio y Raymundo Jiménez son originarios de Palma Sola, una congregación que se encuentra entre Omealca y Zapata; con ellos El Toro Gargallo tenía muy buena relación, misma que se corta cuando uno de ellos asesina a Darío Morán; quien le sobrevive un hijo de nombre Gilberto Morán Arroyo alias El Aguja, quien pretende vengar la muerte de su padre y se reta con los Jiménez, pero a la vez busca la protección de Toribio Gargallo quien lo hace su administrador y sin desearlo compra el pleito con los Jiménez.
Juan Ramón, Demetrio y Raymundo para nivelar su poder, se hacen policías judiciales y cuando el Gobierno decide eliminar al gatillero de Ojo de Agua participan en la emboscada del 10 de octubre de 1991.
Se dice que la orden de Gobernación fue “Agárrenlo vivo”, pero la contraorden a nivel Gobierno del Estado fue, “elimínenlo”.
¿Quién según los rumores, le hizo el alto a Toribio Gargallo el 10 de octubre de 1991?
—Según los díceres de la gente, Toribio Gargallo Peralta se dio cuenta de la emboscada cuando ya estaba bajo la mira de un centenar de ametralladoras, pero detuvo camioneta y se bajó del vehículo porque su compadre Venancio Márquez, le hizo la señal que se detuviera.
A Venancio Márquez lo conoció cuando ambos, cada uno con su gente se encontraron en la calle principal de La Turbina. Entonces Venancio Márquez era comandante de la policía móvil con base en Tezonapa, Venancio es un policía alto, de disciplina militar y zapatos impecablemente lustrosos, así ande entre lodazales. Dicen que ambos cortaron cartucho, pero luego de medirse un rato terminaron como amigos.
Meses después Venancio había renunciado a la corporación y Toribio le ofreció una parcela de treinta hectáreas, se hicieron compadres; al parecer el mismo Toro le pidió a Venancio retornar a la corporación policiaca, requería de gente de confianza que estuviera en los cuerpos policiacos.
Venancio vende su propiedad localizada en el ejido Zapata a José Luis Mendoza, de Paraíso La Reforma y retorna a la DGSPE.
Esa tarde del 10 de octubre, Toribio salió de Ojo de Agua acompañado de Jacinto Nieto, sobrino y lugarteniente, además de otros pistoleros, al llegar al entronque con la autopista y ver casi un centenar de policías con sus armas dirigidas hacia su vehículo, pensó en cuando menos dos posibilidades; lanzar el vehículo contra la policía o hacia los cañales. Un rostro conocido lo hizo dudar, su compadre Venancio Márquez, quien se acercó a platicar dos o tres palabras, Toribio iba a abordar su unidad cuando llegó la orden de fuego, la camioneta Ford color azul-gris fue el blanco de tiradores de cuando menos tres flancos.
Toribio y sus hombres recibieron el tiro de gracia; al siguiente día la policía judicial no permitió que se velara el cadáver, Anita Peralta tuvo que sepultarlo inmediatamente, ella no lloró ni permitió que ninguno de los ahí presentes lo hiciera.
Igual que el llanto ahogado de doña Anita Peralta. También la opinión pública se quedó con la incertidumbre de que la muerte de Toribio Gargallo fue un obstáculo para conocer la relación de este con los niveles de Gobierno, con el hampa organizada, con los cárteles de la droga nacional e internacional.
La misma vida de Toribio Gargallo fue un pozo profundo al que no llegó la luz de la verdad.
Referencias:
Ibáñez Hernández, Pedro. Dulce guanábana. 1ra. edición. 1994. 44-46p. / Toribio Gargallo y la desaparición forzada en Veracruz / Fotografías de los videos en Youtube: “Pedro y Adán y su Grupo Tropical Norteño – El corrido de Toribio Gargallo” y “El corrido de Gargallo”.
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