Durante el porfiriato, aunque pocas, lograron crearse importantes y fecundas instituciones educativas bajo el lema de Paz, Orden y Progreso que se asociaba al gobierno del entonces Presidente Porfirio Díaz. Quizá la más famosa cerca de nuestra población fue la Escuela Modelo de Orizaba, fundada en 1883 por los pedagogos Enrique Laubscher y Enrique C. Rébsamen con cuyo modelo educativo se buscaba la propagación de la escuela elemental, su plan de estudios superaba al de muchos otros planteles pues se tomaban como asignaturas: lenguaje, cálculo, geometría, historia, inglés, francés, música y gimnasia.
Mientras tanto en la Hacienda de Motzorongo era preocupante la cantidad de niños indígenas, pobres, abandonados o huérfanos que ya vivían ahí o llegaban de otros lugares; pero está de más nombrar la nobleza y humildad que caracterizaba al General Pacheco, quien a través de la Secretaría de Fomento que él representaba propone un modelo educativo especial para la gente humilde de Motzorongo y que más tarde, si resultaba exitoso, se implementaría en todos los rincones pobres del país, pues los modelos educativos de las grandes ciudades para la educación primaria de la época no resultaban viables. Nótese la importancia de Motzorongo en el país durante la época del porfiriato.
Como resultado de ésto se funda una colonia infantil y se crea la primera escuela en la Hacienda de Motzorongo. ¿Se imaginan en nuestro pueblo un barrio exclusivo de niños? Pues esto en realidad ocurrió en el año de 1889 y cuya fascinante historia detallamos a continuación.
La colonia infantil de Motzorongo y el fallido modelo educativo de la primera escuela.
A mediados del año de 1889, el Ministro de Fomento Carlos A. Pacheco envía un informe impreso al Presidente de la República con la intención de establecer una colonia infantil en los terrenos de su Hacienda en Motzorongo, Cantón de Zongolica; donde planeaba reunir un grupo de niños para crear una colonia infantil, pobres y huérfanos, los cuales, al recibir la instrucción primaria, recibieran de paso una educación profesional en la edad en que el carácter y las costumbres se forman, y cuando es preciso deprimir toda mala inclinación y proteger e imputar todo instinto de rebeldía. Con este proyecto se buscaba también que los juegos estériles a que suelen dedicarse los niños quedaran convertidos en elementos de producción, y donde obtuviera un salario que constituyera un pequeño capital.
La colonia infantil tal como la que se proponía en este modelo, tenía inmensas ventajas sobre el sistema de excursiones escolares practicando por Pestalozzi y Froebel, puesto en práctica en algunas naciones Europeas, y que también podría recomendarse en México; pues dos o tres meses pasados en el campo por los alumnos, además de permitirles ponerse más en contacto con los fenómenos de la naturaleza y estudiarlos prácticamente, restaurarían las pérdidas de su organismo y le acondicionarían para volver a la vida sedentaria de la ciudad. La colonia infantil era más que esto; era la escuela en la campiña, la educación intelectual, moral y física al aire libre; el taller, la labranza y la caja de ahorros en un mismo sitio y conspirando de consumo el mejoramiento armónico y total de las facultades mentales y las potencias físicas del niño, pues se le acostumbraría desde temprana edad a vivir de su trabajo, a economizar una parte de su salario, a las ventajas de la solidaridad y de la unión, adquiriendo a la par un nutritivo alimento para su espíritu y robustez, y salud para su cuerpo; de allí podrían salir ciudadanos útiles y fuertes, de principios sanos y patrióticos capaces en todo caso de servir a la nación, tanto en los rudos azares de la guerra, como en las tranquilas faenas de la paz.
Como respuesta a la propuesta del General Pacheco, el Congreso y los expertos de la época se manifiestan en contra argumentando que el producto de trabajo del niño no bastaba para cubrir sus necesidades y las exigencias reglamentarias de la escuela al mismo tiempo, asimismo establecen que las colonias de niños pobres y huérfanos solo deberían fundarse por contrato entre el Gobierno Federal o los de los Estados y alguna empresa de carácter privado, filantrópica y benéfica, que pudiera unir a sus negocios agrícolas e industriales el establecimiento de una colonia de educación elemental. Por lo cual, la ejecución del proyecto de la primera escuela de Motzorongo debería estar a cargo de una empresa que atendiera todos los detalles de realización.
Pero finalmente el proyecto de la colonia infantil y la nueva escuela fueron aceptados por la Asamblea después de un concienzudo estudio y se establecieron reglamentos y programas que difirieron del plan original a los que estuvieron de acuerdo el Presidente y el Ministro de Fomento, concretando en forma resolutiva los siguientes puntos y proposiciones que se echarían a andar en el resto del país una vez que hubiera resultado exitoso el modelo en la colonia de Motzorongo:
- Se establecerá el servicio de enseñanza elemental obligatoria, por medio de maestros ambulantes, y bajo la forma de escuelas mixtas, en las pequeñas rancherías que se encuentren a más de 3 kilómetros de algún centro escolar.
- El programa de los maestros ambulantes y la periodicidad de sus tareas, se adaptarán hasta donde sea posible, según las circunstancias locales, al precepto de uniformidad nacional en la enseñanza primaria.
- Es conveniente el establecimiento de colonias infantiles por medio de contratos celebrados entre el Ejecutivo de la Unión o los de las Entidades Federativas y alguna empresa particular, siempre que los reglamentos de sus escuelas se sujeten al programa de enseñanza uniforme para toda la República.
- Se recomienda como modelo de este género de establecimientos, la colonia infantil de educación elemental y enseñanza práctica, agrícola e industrial, situada en Motzorongo, Distrito de Zongolica, Estado de Veracruz.
- Las colonias infantiles se establecerán de preferencia en lugares higiénicos y productivos, para que la enseñanza agrícola e industrial sea más fructuosa.
- El programa de las colonias infantiles deberá contener, además de las materias comprendidas en el de enseñanza elemental uniforme, nociones teórico-prácticas en agricultura, en las artes y oficios aplicables a los trabajos rurales y en la explotación de industrias propias de la localidad.
Y fue así como los primeros días de diciembre de 1889 con una veintena de niños se inauguró la nueva escuela en la Hacienda de Motzorongo a iniciativa del General Carlos A. Pacheco y llevaba el nombre de “Llave” como símbolo de la clave al éxito y como un homenaje al General Ignacio de la Llave (a quien el General Pacheco guardaba un profundo respeto), la escuela estaba bajo la dirección del profesor Francisco Tarascout, oriundo de Platón Sánchez. Esta pequeña escuela era sostenida por una asociación de padres de familia en conjunto con la administración de la Hacienda, en esta escuela mixta de instrucción primaria asistían los niños residentes en la Hacienda de Motzorongo como parte de la nueva colonia agrícola industrial. La nueva colonia infantil se estableció en una gran galera al sur de la hacienda que serviría de asilo de los niños huérfanos y pobres del Cantón de hasta 9 años de edad.
En esta escuela se les enseñaban las prácticas y conocimientos agrícolas básicos, cultivo del ramio y tabaco, la crianza de gusanos de seda, además de enseñarles algún oficio dentro de la Hacienda mediante el cual pudieran allí mismo reunir un corto capital que podían llevarse al separarse de la colonia. El programa de estudios de esta escuela distribuía convenientemente el tiempo para que los niños pudieran disponer del suficiente así para sus ejercicios corporales, como para los intelectuales o de pura recreación. La comida y aseos de esta nueva colonia estaban a cargo de un grupo de mujeres madres de familia que protegían a los niños.
La hacienda se fracciona.
La colonia crecía de a poco y el primer año de la nueva escuela estaba siendo un éxito en Motzorongo, el General estaba muy satisfecho con los resultados pero para su mala fortuna el gusto le duró muy poco y falleció en 1891, casi 2 años después de inaugurar su proyecto escolar.
A partir del año de 1894 la Hacienda de Motzorongo se pone en venta y sus herederos fraccionan las 150 mil hectáreas de terrenos ofreciéndolos al mejor postor. La colonia infantil y la escuela primaria se ven seriamente amenazadas por la falta de atención recibida, por una parte el líder del proyecto había fallecido, los herederos ya no querían permanecer en Motzorongo y el Gobierno Federal que nunca estuvo de acuerdo con este proyecto, apostó por otros modelos educativos.
Como consecuencia de estos hechos y al no completar los cinco años pactados para aprobar la prueba piloto escolar, la colonia infantil se disuelve como tal meses después de la muerte del General; no así la escuela primaria que es rescatada por los padres de familia de la hacienda, prolongando su existir hasta el año de 1903 cuando la familia Pacheco-Sánchez (herederos del General) consiguen finalmente vender lo último que quedaba de aquella hacienda a una compañía norteamericana. Los nuevos dueños cambiarían de funciones muchas estructuras y construcciones de la hacienda, como la capilla, el trapiche, la oficina de telégrafos, las bodegas, los campamentos militares fronterizos, la casa del General Pacheco y la escuela primaria; esta nueva empresa con sede en Chicago se encargaría de convertir el trapiche en ingenio azucarero y se llamaba “The Motzorongo Company”… pero esa es otra historia.
Referencias:
Diario del Hogar. Fundado por Filomeno Mata. Año IX. Número 68. Viernes 6 de diciembre de 1889. / Diario del Hogar. Fundado por Filomeno Mata. Año IX. Número 68. Sábado 14 de diciembre de 1889. / Diario “La Patria de México” del Lic. Ireneo Paz. Año XIV. Número 3876. Sábado 4 de enero de 1890. / Diario El Municipio Libre, de Ignacio Bejarano. Tomo XVI. Número 80. Domingo 6 de Abril de 1890. / Fotografía de portada tomada de México Desconocido / Sistema educativo de México / Secretaría de Educación Pública / Blog de mariafsigillo / San Francisco city guides.
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